domingo, 9 de agosto de 2015

“Si yo de lo que soy partidario es de que no digan mentiras.”

Esto le dijo el expresidente Darío Echandía a Margarita Vidal en una entrevista que le hizo en 1979, en la que realizó manifestaciones que podrían interpretarse como de abjuración a su militancia en el Partido Liberal. Bueno, en realidad, abjuró de la política.
Entre otros argumentos en los que apoyaba su crítica, destacaba el maestro Echandía la falta de congruencia de las tesis de partidos, con lo que en la realidad representaban. “Este es un país muerto de hambre, aquí no hay ideologías sino rapiña por los empleos, porque la gente no quiere morirse de hambre.”, decía en la entrevista.
Pese a que aquéllas son palabras de hace 35 años, de un político de hace 60, parece que hubiesen sido dichas ayer. No basta, sino mirar los nombres de los partidos políticos en Colombia para saber que nos están mintiendo. El Centro Democrático: no es de centro, ni mucho menos democrático; Cambio Radical: no propone ningún cambio, menos radical; Partido de la U: Es el actual partido político presidido por Roy Barreras (ya con eso digo todo; osea nada); el Partido Liberal (del que hablaba el maestro Echandía): no es ni liberal, ni social demócrata ni nada. Lejos de proclamar las libertades, algunos de sus militantes las condenan detrás de una Biblia. Hoy, de la mano Luis Pérez, busca vergonzosamente la Alcaldía de Medellín. El partido Conservador lo único que ha perseguido conservar son los puestos y contratos y en Popayán, al menos, nunca pudo –o quizá nunca lo buscó- dar una orientación y orden a esta ciudad.
Pero claro. ¿Qué se puede esperar de unos candidatos que, en lugar de contarnos cuáles son sus ideas sobre la ciudad, andan dizque recogiendo ideas y escuchando a la gente? (las gentes, dicen acá)
En época electoral los que tenemos que escuchar somos los electores y quienes tienen que proponer ideas son los candidatos. Se supone que llegan a una candidatura porque consideran que tienen cosas por decir; cosas para proponer, o críticas de lo que se ha hecho…
Bien lo decía Echandía: El poder para qué. Y explicaba: “... Y uno, si pide que lo elijan, debe decir para qué, qué es lo que va a hacer con el poder. Esa es la base. ¡Pero si es la cosa más elemental del mundo! En todo país civilizado, quien se presenta a una lucha electoral, lo primero que dice es lo que hará si lo eligen.”
Pero de esto nada se ha escuchado aún. Los programas que debieron inscribirse reposan en algún cajón en la Registraduría y de sus contenidos no sabrá nada la mayoría de los que pensamos salir a votar en Octubre.
Sin embargo, alguna orientación deberían darnos los partidos políticos que dieron avales a los candidatos. El aval significa co responsabilidad en una obligación y por ello sería deseable tener partidos con ideologías muy bien definidas. Pero ante su ausencia, yo, como dijo el célebre maestro Echandía, “de lo único que soy partidario es de que no se digan mentiras.”

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