Guillermo Torres García,
un economista que hacía parte del Departamento de Investigaciones Económicas
del Banco de la República, en 1945 publicó “La historia de la moneda en
Colombia”. Este libro es referente en materia de historia monetaria y bancaria
en Latinoamérica.
Es un libro escrito desde
las tendencias principales económicas de mediados del siglo XX. Esto es, la
ortodoxia anterior a la finalización de la segunda guerra mundial y, por
supuesto, anterior de los acuerdos de Bretton Woods, donde se establecieron los
principios económicos y monetarios que rigieron buena parte del siglo XX y las
instituciones que hasta hoy dirigen nuestros destinos en materia financiera: el
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Esta introducción
la hago para contextualizar la siguiente descripción que hace Guillermo Torres
García del papel moneda:
“Consiste ésta
en los billetes emitidos por el Estado y elevados a la categoría de moneda, o
en los billetes de banco declarados inconvertibles y con poder liberatorio. No
constituye a pesar de ser moneda, un sistema monetario normal, sino más bien un
expediente financiero para determinadas épocas de crisis.
El papel moneda
ha sido casi siempre la necesaria resultante de ciertas dolencias económicas o
fiscales de los pueblos; él obra, por consiguiente, sobre organismos financiera
o económicamente enfermos.”
Ciertamente, cómo podría imaginarse Guillermo Torres
García que, un año después de la publicación de su libro y, gracias a los
acuerdos de Bretton Woods el papel moneda colombiano sólo sería convertible en
dólares de los Estados Unidos y que sólo 33 años después, en 1975, ni siquiera
en dólares.
En otros tiempos, los billetes contenían la obligación de
ser pagaderos en oro al portador. “El Banco de la República pagará al portador
20 pesos oro”, decían los billetes que tenían al Sabio Caldas sosteniendo un
globo terráqueo.
Ahora, la moneda en Colombia por virtud de la Ley 31 de
1992 es de curso legal y tiene poder liberatorio ilimitado; es decir, es
inconvertible y extingue cualquier obligación.
El Banco de la República, Institución que, por la misma
ley, tiene la función de emitir el papel moneda, a lo mucho tiene la obligación
de convertir sus billetes en otros billetes más nuevos o en monedas para dar
vueltas.
Es curioso cómo aquello que
los economistas consideraban en 1945 como propio de organismos financiera o
económicamente enfermos, sea el modelo monetario que actualmente adoptaron
todas las economías del mundo y, al que los economistas de hoy no encuentran ninguna
objeción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario