La movilidad en lo que tiene que
ver con el tránsito de vehículos, ciertamente es un derecho y un interés
colectivo. En Popayán, el tráfico de vehículos en determinadas horas se torna intolerable;
pero la administración municipal lejos de brindar soluciones, parece que se
esforzara en ahondar más la problemática.
Una sencilla observación nos
demuestra que en el caso de los semáforos del sector de Torres del Rio, el
mayor flujo de vehículos se da en sentido norte-sur y sur-norte; mientras que
los vehículos que desde el norte toman a la izquierda hacia la vía al Huila, son
mucho menos y, aún muchísimo menos, los que desde sur toman el giro hacia la
izquierda hacia el sector de la Villa o en “U” al Centro Comercial.
No obstante que el flujo en los
sentidos ya dichos es menor se ha impuesto, desde hace décadas, el sistema de
turnos de flujo en el sentido de las manecillas del reloj. Esto implica que
algunas zonas de intersección que pudieran utilizar permanecen libres la mayor
parte del tiempo, mientras que desde el norte y el sur se hacen cada vez más
largas y largas las filas de vehículos.
Si tan sólo se diera menos tiempo
la luz verde para hacer los giros a la izquierda, para los flujos norte-sur y
viceversa, se mejorarían ostensiblemente el promedio de tiempo que deben
aguardar las filas de vehículos.
Mucho más podrían mejorarse los
tiempos, si se eliminase el giro a la izquierda y en U, de los vehículos que se
desplazan hacia el norte. No se podría realizar entonces el cruce hacia el
sector de la Villa. No obstante, el traumatismo que se causa sería muy poco,
porque, además de que estos vehículos no representan un flujo muy grande en
comparación con los demás, aquellos que se dirigen a ese sector lo pueden hacer
por el lado de Katay.
En otro punto de la ciudad, en el
sector de Bella Vista, muchas veces las filas de carros empiezan casi 2
kilómetros atrás: en la “loma de las cometas”. Esto es ya inconcebible en una
ciudad tan pequeña. Pero también es producto de la mala sistematización de los
semáforos. El flujo de la luz en verde de los vehículos que continúan hacia el
norte, alcanza a dar paso a más de 30 vehículos, pero este mismo número se
detiene, producto de la luz roja (más de un minuto), para dar vía a 2 o 3 vehículos
en esa misma intersección.
Como si esto fuera poco,
estrenamos un sistema semafórico en la intersección del sector del SENA en el
norte. Este sistema es un completo fracaso. Igual que los anteriores, parece
que obedece a un incontrastable afán de la autoridad de tránsito por impedir la
fluidez del paso vehicular. Es necesario detenerse, sin que la intersección
esté usada, mientras los conductores perdemos la paciencia esperando ante una
luz roja inocua.
La cereza de este ponqué de
desatinos y que demuestran, además, la improvisación y la falta de criterio
técnico para realizar las intervenciones semafóricas y por la que yo califico
de deliberada la actuación de la administración en pro de los trancones, es el
semáforo solitario que se instaló en la Avenida Panamericana, en el sector de
la entrada a Campo Bello. Cómo sería el grado de disparate que querían hacer
que, una vez instalado, no se han atrevido a ponerlo en funcionamiento y un
tímida luz amarilla parpadeante informa la presencia de ese adefesio.
¿Cuánto dinero habrá destinado la
administración para ese despropósito?
No hay comentarios:
Publicar un comentario