viernes, 19 de noviembre de 2010

Reflexiones sobre el salario mínimo para el 2011

Bueno, va llegando el fin de año y con él, también el tire y afloje en la discusión sobre el aumento del salario mínimo para el 2011. En los últimos años, para su determinación se ha teniendo en cuenta la inflación causada en el año inmediatamente anterior y considerando que del salario mínimo dependen también prestaciones como las pensiones, merece importancia el debate que debe estarse surtiendo entre los gremios de trabajadores y de empleadores.

La inflación, básicamente, es un fenómeno económico que consiste en el aumento generalizado de los precios de bienes y servicios en un mercado y para que el salario mínimo conserve el poder adquisitivo, es decir, para que una persona pueda adquirir la misma cantidad de bienes y servicios que necesita a pesar de que sus precios aumenten, el Gobierno generalmente ha propuesto que el salario mínimo aumente en la misma proporción en que aumentó el IPC del año inmediatamente anterior.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC), en términos generales, es un número que se calcula mediante operaciones de tipo estadístico y mediante el cual se puede medir el aumento o la disminución de los precios de bienes y servicios en el mercado.

Para obtener el IPC se realizan una serie de encuestas, en especial sobre los precios de una canasta de bienes y servicios predeterminada también estadísticamente. Esa canasta difiere según los niveles de ingreso, como también de ese mismo factor depende el peso o la ponderación que tenga cada bien o servicio en el resultado final del cálculo del índice.

Lo anterior quiere decir que no existe solo un IPC, pues para llegar a un agregado total sobre bienes; servicios; ciudades e ingresos (altos, medios y bajos), el DANE calcula el IPC, teniendo en cuenta todos estos factores individualmente.

Según la metodología utilizada por el DANE y publicada en la página web de esa entidad, a los ingresos altos, corresponden las mediciones realizadas en los estratos 5 y 6; a los medios, aquellas realizadas en los estratos 3 y 4 y, a los ingresos bajos, las de los estratos 1 y 2.

La inflación es un fenómeno económico que, por regla general, se manifiesta con más peso en los grupos con menores ingresos, pues en éste los bienes y servicios que tienen un mayor aumento de precios, representan un mayor peso o ponderación en las canastas fijadas para los ingresos bajos.

Así, sólo para poner un ejemplo en lo que va corrido del año 2010 (enero a octubre), la variación del IPC calculado sobre la base de ingresos altos corresponde un aumento del 1.48%, mientras que para los ingresos bajos, el aumento es significativamente mayor: 2.53%.

Si la diferencia entre 1.05% que existe entre la variación del IPC para los ingresos altos y bajos le parece poca, tenga en cuenta que esos dos porcentajes existe una variación de 70.94%.
Ahora bien, en el cálculo de la variación del IPC total, es decir en el que se tiene en cuenta de manera ponderada todos los ingresos (altos, medios y bajos), la variación del IPC, en el mismo periodo, corresponde un aumento del 2.31%.

Lo anterior quiere decir que, suponiendo que el año se terminara en octubre cuando la variación del IPC total fue de 2.31%, el salario mínimo también subiría en igual proporción, de acuerdo con lo cual, las personas que ganan un salario mínimo que, en la gran mayoría de los casos son las que se encuentran entre los estratos uno y dos, tendrían una pérdida de poder adquisitivo del 8.7%.

Lo anterior porque, bajo el supuesto anterior, el aumento absoluto de su salario mínimo sería de $11.986,50, que corresponde al 2.31% de $515.000, mientras que su pérdida real de poder adquisitivo sería de 2.53%, porcentaje que si se tuviera en cuenta para efectos de fijar el salario mínimo, su variación absoluta correspondería a $13.029,50.

Oigo las voces que dirán que qué diferencia tan grande. Claro la diferencia entre los dos salarios mínimos así calculados es de tan solo $1.043; sin embargo en términos porcentuales esa diferencia sería de un 8.7%, que en un análisis macroeconómico ayudaría a mejorar la demanda agregada interna y palear, de alguna manera, las consecuencias negativas que recaen sobre los productores nacionales la revaluación del peso.

Ahora que también serviría para constituir un fondo para la garantía de pago de las pensiones del régimen de prima media con prestación definida o, también, en cuanto no es una mala idea y como es tan poco dinero, podrían consignarse cada mes en mi cuenta de ahorros.

Bajo el supuesto que de las 19 millones 723 mil personas ocupadas a septiembre de 2010 (según el DANE), 2 millones devenguen un salario mínimo, podría hacerme a una renta de dos mil ochenta y seis millones de pesos mensuales y contribuiría de esa manera a disminuir la tasa de desempleo, porque en tal evento, dejo el trabajo que tengo para otra persona y no estaría interesado en buscar uno nuevo.

1 comentario:

abogajodo dijo...

muy buen análisis, pues nosotros somos simplistas y solo cuantificamos la cuota parte que nos aumenta el salario. se deben ponderar las otras variables para generar un concepto macro, influyente en el desarrollo y generación de empleo.
me das la cuenta de ahorro para consignarte los aumentos. jajaja.
felicitaciones, escribe por lomenos una vez al mes