martes, 9 de noviembre de 2010

¿Por qué regalías de los bosques de pino?

En la primaria nos enseñaban que los recursos naturales no renovables eran aquellos que una vez utilizados no se producen nuevamente, mientras que los renovables, corresponden a aquellos que pueden ser cultivados o que, en todo caso, se pueden consumir y no se agotan. Ejemplo de éstos son la energía eólica, los bosques, la madera y hasta el agua, nos decían. Ejemplo de aquéllos, son los productos de las canteras o minas y también los hidrocarburos de origen fósil.

De origen fósil también debe ser tal clasificación, pues no son pocos los estudios que refieren al daño que representa para los suelos en los que se encuentra el cultivo y la explotación comercial de ciertas especies coníferas, (entiéndase pinos y entiéndase una especie denominada pino pátula).

Tales especies, que no son nativas de estas latitudes encontraron, no obstante, un medio que los hizo ideal para su reproducción y crecimiento. En consecuencia, alrededor de su explotación se ha construido un imperio de cartón.1

Centenares de hectáreas en la meseta de Popayán, en el Valle del Cauca y Cundinamarca están cultivadas con estas coníferas que, según algunos estudios, con el tiempo causan daño a las propiedades físico químicas de los suelos donde están cultivadas.

Esto significa que, si bien los pinos pueden cultivarse, reproducirse, talarse aprovecharse y nuevamente cultivarse,… no tiene la misma facultad el suelo donde éstos crecen. Es decir que estos suelos y estos subsuelos (cuya propiedad es del Estado) en los que están sembradas estas coníferas son recursos naturales no renovables.

La Corte Constitucional de Colombia en sentencia C-221 de 1997 señaló que las regalías “están representadas por aquello que el Estado recibe por conceder un derecho a explotar los recursos naturales no renovables de los cuáles es titular, debido a que estos recursos existen en cantidad limitada.”

Se debate en este momento la modificación de la Ley de Regalías y sería oportuno que los legisladores se ocuparan un poco de este asunto que permitiría que grandes extensiones de tierra que, en este momento soportan una gran producción de pino pátula, puedan ser objeto de cuidado y también, porqué no de internalización en los costos de producción del eventual daño que tales bosques generan a los suelos y también a las poblaciones que habitan en su alrededores, mediante la implantación del pago de regalías por su explotación.

1. El imperio de Cartón es un libro de Joe Broderick, quien es un irladés que vive hace muchos años en Colombia y es reconocido por haber realizado la más famosa biografía de Camilo Torres. En alguna oportunidad lo vi manejando su carro por la Calle 26 en Bogotá. En este libro que ya lleva varios años de haberse publicado por primera vez, se encuentran algunas investigaciones sobre las actividades comerciales y no comerciales de empresas dedicadas a la explotación comercial de la silivicultura en Colombia.

1 comentario:

abogajodo dijo...

sería bueno publicar este importante estudio en los medios nacionales, si las transnacionales dueñas de los cultivos lo permiten.